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Queremos hijos responsables

  • mmichans
  • 16 jun 2020
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 17 jun 2020






Los amamos, los cuidamos, los mimamos, los protegemos, les evitamos frustraciones, les eliminamos obstáculos… Y, además de todo esto, no podemos olvidar que como padres queremos que se conviertan en adultos autónomos y responsables. Es crucial entonces darnos cuenta de que es mucho más importante preparar a nuestros hijos para el camino que preparar o allanar el camino a nuestros hijos.


"Es una ingenuidad pensar que la responsabilidad viene concedida por arte de magia una vez se alcanza la mayoría de edad."

Cuantas veces nos pillamos diciendo: ¡Ya tiene una edad, debería ser responsable! Qué tal si nos preguntamos… ¿Qué estoy haciendo como padre/madre HOY para que mi hijo sea responsable MAÑANA? ¿Cómo le enseño a ser responsable y que todo acto tiene consecuencias? Cuando nuestros hijos son pequeños lógicamente nos ocupamos de todas sus necesidades. Poco a poco, les ayudamos a que sean autónomos y vamos delegando y transfiriendo competencias. Al principio, cosas sin importancia, más tarde, asuntos de mayor trascendencia. Es maravilloso ver a tu hijo de tres años como quiere vestirse solito pero… ¿Quien es el responsable de que salga a la calle en invierno bien abrigado y calzado? Es importante distinguir en este contexto lo que significaría “delegar” ciertas actividades o funciones y “transferir” éstas. Este es un camino progresivo que hemos de recorrer con los años junto a nuestros hijos con el objetivo final de que se conviertan en adultos interdependientes que viven en sociedad. Primero son dependientes de sus padres, luego independientes (o autónomos) para ser finalmente interdependientes, o sea, capaces de colaborar, cooperar y trabajar responsablemente con los demás.


"¿Qué mensaje quieres darle a tus hijos?"

Cuando delego lo hace el otro pero puedo seguir siendo el último responsable (en el ejemplo anterior, los responsables últimos de que un niño de tres años que se viste solo lo haga adecuadamente son sus padres o cuidadores), si transfiero la decisión la toma el otro y, entonces, asume también la responsabilidad de sus actos.


En "Emocionados por educar" sabemos que los padres debemos aprender a confiar en nuestros hijos y, para que aprendan el significado de la responsabilidad han de empezar, poco a poco, a tomar sus propias decisiones. Es decir, hemos de transferirles progresivamente la capacidad de decisión en determinadas áreas o actividades. Esta es la premisa para poder exigirles responsabilidad y para que aprendan a asumir las consecuencias de sus actos. ¿Cómo puedo ser responsable si, al fin y al cabo, no soy yo quien tomo mis decisiones? ¿Qué mensaje les llega a nuestros hijos adolescentes si les decimos siempre, y en todo momento, lo que han de hacer y cómo lo han de llevar a cabo? o ¿Cuándo nos anticipamos resolviendo todos sus problemas? Hijo te ayudo porque tú no eres capaz, no confío en ti por eso tengo que controlarte, te sustituyo porque tú no sabes, los padres podemos resolverlo todo…


Consecuentemente ¿Qué le puede ocurrir al adolescente al que no se le enseña a responsabilizarse? Puede sentirse incapaz, débil, faltarle seguridad y autoconfianza, puede no sentirse respetado y, consecuentemente no respetará, le costará aceptar las frustraciones, reaccionará con agresividad frente a las contrariedades y, en algunas ocasiones, con un progresivo sentimiento de omnipotencia y rebeldía.


Laura Castaño

Maestra de educación infantil

Equipo de "Emocionados por educar"

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